Meditación: Hechos 4, 23-31
Liturgia del día
Señor… concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía (Hechos 4, 29)
Lo notable de este pasaje es la forma en que estos primeros cristianos oraban: con fe, esperanza y sin absolutamente ninguna duda de que sus oraciones serían contestadas. Parafraseando, lo que decían era: “Dios nuestro, tú dijiste que esto sucedería. Ayúdanos a perseverar y demostrar que Jesús es tu Hijo, actuando con poder cuando oramos en su nombre.” Ellos oraban con absoluta confianza y esperanza, y Dios respondía en forma inmediata y poderosa (v. Hechos 4, 31).
Los primeros cristianos pudieron orar así porque creían en las promesas de Dios, y realmente esperaban que del cielo llegara el poder. Esta fe llena de esperanza fue la característica de los primeros cristianos, y más que eso, es el sello de todos los cristianos que, a través de los siglos, han conocido a Dios como Padre.
Cada vez y en todo lugar que los creyentes han actuado con fe, Dios ha cumplido fielmente sus promesas, dando fortaleza a su pueblo para soportar tribulaciones, valentía para proclamar su nombre, valor para arrepentirse y apartarse del pecado, y la sabiduría necesaria para enfrentar los problemas de la vida diaria.
El Señor quiere que hoy nosotros tengamos la misma confianza en él y que lo veamos como nuestro Padre. Jesús anhela transformarnos de un modo tal que podamos entender su gloria. Esto lo vemos en el hecho de que el Padre envió a su Hijo único, Jesús, no a condenarnos, sino a hacernos volver a él (Juan 3, 16-17), y habiéndonos dado a su único Hijo, ¿iba a privarnos de alguna otra cosa que necesitásemos?
Pídale al Espíritu Santo que le haga comprender esto claramente, para que su confianza en Dios aumente. Ante los problemas cotidianos, a veces nos sentimos solos y desvalidos, pero no lo estamos. Ya sea que se trate de problemas matrimoniales, hijos rebeldes, enfermedades o muchas otras situaciones, podemos contar con la ayuda del Señor. Dios nos ama y quiere que confiemos en él. Ore con confianza, pídale ayuda y luego haga lo que él le indique; así verá que el poder de Dios se derrama desde el cielo.
“Señor Jesús, ayúdanos a depositar completamente nuestra vida en tus manos. Enséñanos que contigo podemos enfrentar cualquier situación con valentía y esperanza.”
Salmo 2, 1-9; Juan 3, 1-8
No hay comentarios:
Publicar un comentario